Jose Enrique Cabrera

José Enrique Cabrera originario de Republica Dominicana, Residente en Tampa, FL por más de 30 años, después de 66 años de una hermosa y extraordinaria vida, partió a residir con nuestro Padre Celestial el 19 de Mayo del 2024. Ahora descansa en paz en nuestro Hogar Eterno. Damos gracias a Dios por el amor incondicional de Enrique para toda su familia y amigos. Enrique era un hombre de mucho valor, honor y empeño.

Enrique era un alma gentil y alegre cuya naturaleza cariñosa conmovía a todos los que conocía.

 Enrique hizo y cultivó amistades duraderas a todo lo largo de su camino terrenal. Él era un faro de luz, calidez y alegría en la vida de aquellos a quienes tocaba. 

Nació en Santo Domingo, República Dominicana, el 11 de Diciembre del 1957, hijo de Eugenio Enrique Cabrera y de Thelma Cabrera. Asistió a la Universidad APEC de Santo Domingo obteniendo un diploma en Ingeniería eléctrica. 

Fundador de la primera escuela de refrigeración hispana en la Bahía de Tampa. Expandiendo su conocimiento y contribuyendo a la formación de nuevos técnicos en la industria del A/C. Expandiendo su proyecto por varias ciudades; Lakeland, Sarasota, Naples y Texas. El legado de Enrique es la alegría, el amor y la energía positiva que llevó diariamente a los hogares y corazones de sus estudiantes, amigos y familiares.

Le sobreviven su amada esposa Rosa Cabrera, sus hijos: David Cabrera, Ramsses Reyes, Henry González, sus nietos Víctor Cabrera, Joshua Cabrera, Irving Reyes, Renatha Reyes Y su Bisnieta Victoria Cabrera, sus hermanos , Sonia Soto, José Soto, Anibelca Cabrera, Nancy Cabrera, Bernardo Cabrera y demás sobrinos, primos y otros miembros de la familia. 

Enrique fue un gran y excelente hijo, hermano, esposo, padre, tío, abuelo y mucho más.  Vivió su vida al máximo, siempre amando a su esposa durante su matrimonio de 20 años y vivió para complacerla en todo, así como a sus hijos enseñándoles los buenos valores e impulsando de siempre seguir adelante al igual que nietos, hermanos y todos los demás miembros de la familia y amigos. Fue un ejemplo notable y una inspiración para toda su familia, que tuvo una gran vida con él.

Al despedirnos de Enrique, celebramos la extraordinaria vida que vivió y las innumerables formas en que enriqueció nuestras vidas. Su legado seguirá inspirándonos, y su recuerdo quedará grabado para siempre en nuestros corazones.

La calidez, el amor y la constante voluntad de Enrique para ayudar a todas las personas que conoció, tocaron la vida de muchas personas. Su familia, amigos y todos los que lo conocimos la extrañaremos profundamente